lunes, 3 de junio de 2013

NacionalSocialismo.

El nacionalsocialismo alemán
Adolf Hitler dirigió el Partido Nacional-Socialista Obrero Alemán desde 1921. Era un partido nacionalista, antisemita y totalmente contrario al Tratado de Versalles. En 1923, durante una corta estancia en la cárcel, Hitler escribió el libro que resume su ideología Mein Kampf (Mi Lucha).
La crisis de 1929 y su brutal repercusión en Alemania permitieron que Hitler se ganara el apoyo del gran capital alemán y amplios grupos de la población. En 1933 fue nombrado canciller e inmediatamente acabó con la democracia alemana, proclamándoseFührer (líder, jefe).
Inmediatamente prohibió los partidos, eliminó cualquier tipo de libertad y organizó de forma brutal la persecución de sus adversarios. Los grupos paramilitares del partido nazi, las SA y lasSS, y la policía secreta, la Gestapo, organizaron un verdadero régimen de terror.
Al igual que el fascismo italiano, el nazismo implantó el control estatal de la economía, enfocándola hacia el rearme, y se lanzó a una política expansionista, a la que añadió una brutal política racista.

El expansionismo y el racismo nacionalsocialista
Hitler expuso de forma obsesiva dos ideas en su libro Mein Kampf :
  • La raza aria alemana, la “raza de los señores” (Herrenvolk), es laraza superior y debe dominar a otras razas inferiores. Para ello, debe conquistar territorio, “espacio vital”, para desarrollarse.
  • Antisemitismo (odio a los judíos) llevado a sus últimas consecuencias. Los judíos eran los culpables de todos los problemas que sufría el pueblo alemán (el tratado de Versalles, la crisis económica, el peligro bolchevique…)

  • Para llevar a cabo estas ideas, Hitler emprendió una política expansionista, especialmente evidente a partir de 1936, que llevó al mundo a la guerra en 1939, e inició la persecución racial de la población hebrea europea concluyendo con el mayor crimen del siglo XX, el genocidio judío (“el Holocausto”).


    Los hechos contradicen al mito del “Holocausto Hebreo”

    DIEZ HECHOS QUE DEMUESTRAN LA FALSEDAD DEL “HOLOCAUSTO”

    1.- Nunca hubo 6 millones de judíos en el área efectivamente ocupada por las tropas alemanas.
    2.- De los judíos que vivían en áreas ocupadas, no todos fueron arrestados, y de aquellos que sí lo fueron, la enorme mayoría ha sobrevivido. De los que murieron, la casi totalidad falleció por enfermedad, vejez u otras causas naturales.
    3.- El gas “Ciclón B” con el que supuestamente fueron “gaseados” las víctimas del “holocausto”, fue usado desde la I Guerra Mundial no solo por las autoridades militares sino hasta por las civiles, ya que el gas en cuestión era un poderoso insecticida y desinfectante. Fue usado en los campos de concentración solamente para los fines específicos para los cuales fue fabricado.
    4.- Si los alemanes hubieran querido efectuar “gaséos” masivos, lo lógico hubiera sido que emplearan gases letales como el “Tabun”, el “Sarin” o el “soman” que se habían desarrollado en una fecha tan temprana como 1936.
    5.- Es sabido que poco después del cese de hostilidades de la II Guerra Mundial, todo judío que no pudo ser inmediatamente localizado, o que no se registró ante las autoridades aliadas, fue automáticamente considerado muerto por “exterminio”. Debido a este procedimiento absolutamente arbitrario se llegaron a producir casos bastante ridículos. Uno de ellos es el de Simona Veil, quien fue ministra de salud pública del gobierno francés de post guerra y hasta llegó a ser presidenta del parlamento Europeo. Se puede ver su nombre en la página 519 de la “Memoria de la deportación de los Judíos de Francia”, en esta “buena” señora figura como persona ejecutada en la cámara de gas. Su resurrección sigue siendo un misterio.
    6.- Nadie, en ninguna parte, ha podido, hasta el día de hoy, localizar a persona alguna que realmente haya visto “gasear” un solo ser humano por los alemanes. Además -y esto es realmente decisivo- nadie, nunca, en ninguna parte, ha sido arrestado y OFICIALMENTE acusado de “gasear” prisioneros en los campos de concentración!!!
    7.- El total de individuos que en absoluto fue registrado en Auschwitz asciende a tan solo 300 000 individuos. Los registros fueron tomados intactos por los aliados.
    8.- Hasta el último mes de la guerra, la Cruz Roja Internacional inspeccionó regularmente los campos de concentración y los halló en estado satisfactorio hasta que el control aliado del espacio aéreo impidió los suministros básicos.
    9.- A los prisioneros de Auschwitz siempre se les permitió recibir paquetes de ayuda provenientes de sus familiares, tanto en Alemania como en el extranjero. Además, los parientes y amigos de las personas internadas podían visitar a los reclusos y esto difícilmente se concibe con los procedimientos usuales para un campo de exterminio.
    10.- El limitado testimonio de “gaséos” que existe, ha sido obtenido, o bien por falsificación de documentos ¡como el caso del judío Poliakov!, o bien por tortura de personas involucradas directa o indirectamente en los campos de concentración. Destacados miembros de Comisiones Investigadoras del Congreso de EE.UU han atestiguado que los prisioneros alemanes en institutos aliados fueron frecuentemente maltratados con salvajismo por interrogadores judíos. Se les rompieron las mandíbulas, se martillaron sus testículos, se les quebraron los dientes y se les “arrancaron” las uñas para obtener “confesiones”. También es de público conocimiento que en múltiples oportunidades los ciudadanos alemanes fueron amenazados por miembros de las tropas aliadas de ocupación con la pérdida de sus cartillas de racionamiento, con la violación de sus esposas por los negros del ejército norteamericano, con la ejecución lisa y llana o con su entrega a los rusos, si no “confesaban” determinados crímenes listados y tabulados de antemano. ¡Escrito en los Archivos del Congreso de los EE.UU!.
    En el “Archipiélago GULAG”, Alexander Solzhenitsyn apunta el caso de Jupp Aschenbrenner, un bávaro que fue obligado por los soviéticos (¡comisarios judíos!) a firmar un documento en el que admitía haber trabajado sobre supuestos “vagones de gas”. No fue hasta muchos años más tarde que pudo probar que, en la época en cuestión, se hallaba en Munich estudiando el oficio de soldador.
    La obtención de confesiones por torturas está a la orden del día en prácticamente todos los conflictos armados. Durante la guerra de Corea, nada menos que 38 pilotos norteamericanos hechos prisioneros por los coreanos, “confesaron” haber usado armas bacteriológicas. Por supuesto, nadie ha tomado en serio jamás las “confesiones” de estos pilotos. Solamente las “confesiones” arrancadas a exmiembros de las SS son presentadas como documentos de valor histórico…
    11.- Los procedimientos de “gaséo” y de cremación, descritos por los supuestos testigos, son inconsistentes y físicamente imposibles. Por ejemplo, se afirma que el personal de los campos entraba inmediatamente en las cámaras de gas, sin ningún tipo de protección especial, para extraer los cadáveres. El procedimiento, de ser cierto, hubiera significado la muerte segura de ese personal ya que el Cyklón-B -precisamente por ser un pesticida de alto rendimiento-tiene un gran poder letal residual.
    Por otra parte, en cualquier libro de medicina forense, se puede constatar que se necesitan aproximadamente 40 horas para cremar un cuerpo humano usando madera o petróleo (¡ojo!) como combustible. Haciendo abstracción de la falta crónica de combustible de las fuerzas de combate alemanas, esto significa que para cremar 6 milloones de cuerpos, se necesitan nada menos que 240 millones de horas-cremación. Suponiendo que se cremasen simultáneamente tanto como 1000 (mil) personas, aún tenemos que hubieran hecho falta 240.000 horas para cremar 6.000.000 de cuerpos. Doscientas cuarenta mil horas son, exactamente, 10.000 (diez mil) días, o sea: ¡¡¡poco más de veintiséis años!!! Si los alemanes hubieran cremado 1000 judíos, simultanea, incesante, eficiente e ininterrumpidamente a partir de 1940, ¡¡¡hubieran terminado de cremar al último de los 6 millones de judíos recién en 1967!!!
    Además, las cenizas que quedan luego de cremar un cuerpo humano, pesan 2.5 y 4.5 Kg. Para 6.000.000 de cuerpos esto significa que, en alguna parte, debería haber entre 15 a 27 millones de kilos de cenizas -sin calcular los residuos de del combustible empleado. ¿¿¿Dónde están estas 27.000 TONELADAS de restos???
    12.- Según el “World Alamanac” del American Jewish Comite, había, en 1938, tanto como 15.688.259 (quince millones y seiscientos ochenta y ocho mil y doscientos cincuenta y nueve) judíos en todo el mundo. Según el New Cork Times, en un artículo publicado por W.Balswin, en 1948 la población mundial judía ascendía a 18.700.000 (diez y ocho millones y setecientas mil personas). Si de los 15 millones de 1938 restamos los supuestos 6 millones del “holocausto”, nos quedan apenas 9 millones. Es absolutamente imposible que estos 9 millones hayan podido reproducirse para constituir los 18 millones de 1948. Ninguna población del mundo es capaz de duplicar su número en tres o cuatro años. Ni siquiera en 10 años sería posible tal crecimiento demográfico.
    Únicamente en las matemáticas de los maestros de la mentira encontramos estas multiplicaciones fabulosas!!!
    13.- La cifra de judíos muertos y desaparecidos durante la II Guerra Mundial nunca pasó de 250.000 (doscientas cincuenta mil) personas. Esta cifra es la que manejó oficialmente tanto la ONU como la Cruz Roja Internacional. En esta cifra están incluidos tanto los judíos que murieron de muerte natural como los que simplemente desaparecieron y, reaparecieron sanos y salvos, como en el ya visto caso de Simone Veil, que por años estuvo cobrando indemnización bajo nombre de soltera, Simone Jacobs. Cabe aquí el mencionar que siendo esta “buena” señora ministra de Salud Pública, ella promovió la ley que permitió la interrupción del embarazo, lo cual ha producido un mega-holocausto en Francia…
    Nadie demuestra la existencia de irregularidades y brutalidades cometidas por miembros de las SS.
    Elementos sádicos y anormales hubo en todas las tropas del mundo. Las matanzas de los Borres por los ingleses; las matanzas de Katyn por los judíos soviéticos, la matanza de My Lai por los norteamericanos en Vietnam son sólo muestras para ilustrar el punto. Nadie pretende afirmar que nunca un judío fue muerto o maltratado por un alemán. Pero seis millones de judíos no murieron jamás en los campos de concentración. Jamás hubo orden de exterminarlos.
    Jamás los alemanes practicaron oficial, oficiosa o sistemáticamente el genocidio. El TAN manoseado “Holocausto” nunca tuvo lugar. El famoso “Holocausto”, bien mirado, no es sino un colosal “Holocuento” utilizado por los israelíes para COBRAR SUMAS SIDERALES EN CONCEPTO DE INDEMINAZIONES. Esa es la verdad: el “Holocausto” no es más que un siniestro mito-negocio de la Sinagoga.

    El judío que derribó el mito del "Holocausto"

    El judío que derribó el mito del “Holocausto”.


    Judios alemanes portando la estrella de David que habían solicitado los líderes sionistas en Alemania.
    Judios alemanes portando la estrella de David que habían solicitado los líderes sionistas en Alemania.
    Sus estudios y libros negando la versión oficial del holocausto durante la segunda guerra mundial, le costó, entre otras cosas, que no fuese admitido en el cementerio judío, y que nadie de su pueblo pronunciase un elogio en sus exequias.
    Joseph G. Burg, es un autor judío que escribió varios libros sobre la Segunda Guerra Mundial: Guilt and Fate (Culpa y destino), Scapegoats (Los chivos expiatorios), Zionist Nazi Censorship in the Federal Republic of Germany (La censura sionista en la República Federal Alemana, National Socialist Crimes of Bad Conscience by Germans Against Germans under Zionist Direction ( Los crímenes de los alemanes bajo la dirección sionista contra el nacionalsocialismo), y Major Attacks of Zionists against Pope Pius XII and the German Governments (Los principales ataques sionistas contra el Papa Pío XII y los gobiernos alemanes).
    En estos libros, Burg trata acerca del tema de los supuestos campos de exterminio nazi, Burg habló con cientos de personas que estuvieron en Auschwitz y visitó el campo en el otoño de 1945, quiso localizar las cámaras de gas y no encontró ninguna. En Burg se iba formando la idea de que no habían existido ni los campos de exterminio, ni las cámaras de gas y ni un plan para exterminar a los judíos de Europa.
    Más tarde también visitó Majdanek en tres ocasiones. Allí sí encontró cámaras de gas, pero testificó que eran estancias de desinfección para eliminar piojos. Estas estancias eran de uso común en todos los campos de concentración y eran señaladas con un letrero con el siguiente texto en alemán:“¡ Atención, gas venenoso!” junto un cráneo humano simbolizando la muerte. El Zyklon B era el desinfectante ideal ya que eliminaba gérmenes, pulgas ypiojos sin dañar la tela.
    Después de la guerra, Burg escuchó bastantes testimonios sobre gaseamientos en Auschwitz yMajdanek, señalando que, hasta el día de hoy, no se ha descubierto ningún documento mostrando las órdenes de gaseamiento, declaraciones de quienes habían construido las cámaras de gas y donde las habían construido.
    Burg testimonió delante de un juez (en el proceso contra Zündel) de haber hablado con cientos de personas que sirvieron y operaron en los crematorios, pero que no pudo encontrar a nadie que hubiera trabajando en las cámaras de gas. Además no se ha encontrado nunca una declaración de alguien que diga que había trabajado en la instalación para gasear seres humanos, y la literatura acerca de estos gaseos es completamente contradictoria.
    En cada campo habían crematorios, tenían un fin práctico ya que la gente moría. Cuando los alemanes ocuparon los territorios del este, se establecieron grandes campos de concentración y se construyeron crematorios de mayor capacidad a medida que la guerra progresaba. Hubo epidemias que causaron miles de muertos y los crematorios eran la única solución para evitar le extensión de las epidemias.
    Como cualquier otra actividad en los campos, los prisioneros se encargaban de los crematorios. Constituía un duro trabajo debido al calor y al esfuerzo de colocar los cuerpos dentro de los hornos. Los prisioneros realizaban esta labor en tres turnos al día, y lo hacían voluntariamente. Los voluntarios se solicitaban por medio del consejo judío del campo, sería, pues, muy importante poder indagar el tipo de cooperación existente entre ese consejo y la organización oficial del campo compuesta por laSS.
    Cuando estos crematorios funcionaban a toda su capacidad, las chimeneas arrojaban una gran cantidad de humo, lo que dio pie a que la gente de fuera del campo inventaran historias como la cremación de personas aún con vida y similares, llegando incluso a comentar que cuando el humo salía de color azul es que estaban quemando judíos.
    Burg testificó en el mismo proceso que le hubiera gustado escuchar a un judío que hubiera sido forzado a jurar bajo los ritos judios, usando la kippa, con la Biblia hebrea y en presencia de un rabino. Entonces éste si hubiera sido un testimonio válido, ya que los juramentos superficiales no son moralmente recriminatorios para los judíos.
    En 1946, Burg asistió a los juicios de Nuremberg, cuando los asuntos sobre los judíos empezaron a tratarse. Durante una de estas comparecencias, conoció a Ilya Ehrenburg y a un editor judío, quienes habían estado en Auschwitz durante años. Burg preguntó al editor si él había visto alguna instalación para “gasear” seres humanos, él contestó que no. Ehrenburg, quien había sido el dirigente de la propaganda para el Ejército Rojo durante la guerra, dijo a Burg que él había estado enAuschwitz pero que tampoco había visto nada sobre “gaseos” a seres humanos.
    En 1946 y 1947, Burg vivió en Freising, un campo para judíos desplazados, cerca de Munich en la zona estadounidense. El director era un oficial judío estadounidense. Burg sirvió allí como delegado: él organizó la policía, la prisión, el diario, y los asuntos culturales. Organizó grupos y los condujo a las proximidades de Bavaria (el sur de Alemania), para mostrarles los lugares de interés, museos y castillos.
    Sus experiencias en el campo fueron incluidas en su libro “Guilt and Fate”.
    Burg testificó que la emigración de judíos desde la Alemania nazi fue dificultada por los sionistas impidiendo que los judíos se dirigieran a otros países, ya que su interés era hacer que fueran a Palestina. La mayoría de los países prohibieron la entrada a los emigrantes judíos.
    Cuando Göring, se encargó del “Asunto judío”, optó por un plan propuesto por el fundador del movimiento Sionista, Theodor Herzl, que consistía en llevar a los judíos a Uganda o Madagascar. Ambas colonias pertenecían a Francia. El plan no funcionó, pero la sola existencia del plan, prueba que, por lógica, la liquidación de judíos nunca existió.
    El Acuerdo de “Haavara” (Transferencia) de 1933 fue uno de los incidentes más notables en la estructura del “holocausto”. Bajo este acuerdo, se planificó que aproximadamente 2.5 millones de judíos fueran trasladados en camiones. El acuerdo nunca fructificó ya que los sionistas no pudieron trasladar tal número de judíos a Palestina.
    Burg averiguó que los líderes sionistas alemanes solicitaron, ya en 1933, que los judíos portaran la estrella de David amarilla. Los Sionistas no vieron en esto una degradación, sino un gesto heróico, tal y como las SS portaban la svástica. En 1938, el director del movimiento sionista en el Tercer Reich, hizo portar a los judíos la estrella amarilla en contra de los deseos de Göring y Goebbels.
    Burg escribió en su libro acerca de la cooperación que existió entre los líderes del sionismo, incluyendo a David Ben-Gurion, con el régimen nazi antes de la guerra. Bastantes días después de que Hitler fuera sido nombrado Canciller, Rabbi Leo Baeck, anunció públicamente que los intereses del judaísmo eran idénticos a los intereses del nacionalsocialismo. Baeck quiso decir “sionismo” y no“judaísmo”. En ese tiempo, los sionistas constituían el 1,5% de la población judía en Alemania. Unos días después otro líder sionista haría una declaración similar.
    A principios de la década de 1930, como resultado de la cooperación entre nazis y sionistas, aproximadamente 120.000 judíos emigraron desde Alemania hacia Palestina. Sin embargo, las dificultades comenzaron cuando Inglaterra, que administraba ese país, se rehusó a permitir la inmigración debido al malestar árabe.
    Los sionistas en Alemania trabajaron organizando escuelas para niños, con clases de hebreo, tiendas para jóvenes, etc., para, de esa manera, preparar a la gente en su migración a Palestina. Los sionistas sólo estaban interesados en la migración a Palestina e hicieron todo lo que estuvo a su alcance para asegurar que ningún otro país aceptará a los judíos. Los nazis estaban interesados en facilitar la migración de los judíos tan pronto fuera posible.
    La cooperación entre sionistas y nazis continuó hasta 1942, con gente como Adolf Eichmann,Golda Meir y David Ben-Gurion, época en la que, en opinión de los sionistas, se cumplió el objetivo. Más tarde, para borrar cualquier rastro de su cooperación con los nazis, los sionistas se comportaron como el ladrón astuto que corre hacia la policía gritando “¡ Detengan al ladrón!”
    Burg testificó que no hubo aniquilamientos en los campos de concentración. Las personas saludables fueron usadas para trabajar, pero la invención de las cámaras de gases tuvieron origen en mentes enfermas. En Birkenau, donde supuestamente ocurrieron gaseamientos, los judíos, hombres y mujeres, tuvieron trato preferencial. Un ejemplo de esto fue Benedikt Kautsky, judío perteneciente al Movimiento Mundial Socialista- Marxista.
    El Dr.Kautsky estuvo en Birkenau durante la guerra realizando labores de oficina. Su madre, de 79 años de edad también fue enviada a ese campo. Cuando ella enfermó, se le dispuso un cuarto individual y una dieta especial ordenada por el doctor. Cuando fue liberado Kautsky, regresó a Austria, donde continuó su trabajo científico. En 1946, inmediatamente después de su liberación, fue uno de los primeros en publicar un libro: “Teufel und Verdammte” (El diablo y los condenados), Burgtestificó que ese libro si tenía un verdadero valor histórico, sin embargo, toda la edición fue destruida.
    Un año y medio más tarde, publicó otra edición en la cual se reescribieron varios párrafos y se hicieron cambios en otros, aún así en el libro no existen datos acerca de cámaras de gas y el Dr.Kautsky continuó afirmando que él nunca vio ninguna.
    En “Schuld und Schicksal” (Culpa y Destino), Burg trata acerca de los ghettos de Varsovia y Lodz. Cuando las tropas alemanas ocuparon Varsovia, quisieron concentrar a toda la población judía. Esos ghettos existían desde hacía siglos, pero los judíos que asimilaron la cultura anfitriona no vivían en ellos. Cuando llegaron los alemanes, quisieron tener a todos los judíos juntos. Los sionistas se mostraron satisfechos con este arreglo. Un Consejo Judío elegido gobernaba el ghetto. Tenían su propia policía, sus cárceles y cualquier otra cosa. Naturalmente algunos de esos policias cometieron crueldades, uno de ellos fue el vicepresidente de la policía, quien más tarde fue ejecutado. ParaBurg, esa ejecución fue la evidencia de que los judíos se defendían de la minoría sionista, quienes usaban a la mayoría para sus propios fines.
    En el ghetto de Lodz, también existía una fuerza policíaca judía, un banco judío, una moneda de cambio judía, una oficina de correos judía, sellos de correo para uso exclusivo de los judíos y hasta talleres de manufacturas para judíos. Si existía un plan alemán para exterminar a los judíos ¿por qué existían esos talleres?, se preguntó Burg, ¿por qué destinar recursos económicos con esos fines? ¿Por qué entrenar a los niños para el trabajo?.

    INDEMNIZACIONES
    Si durante toda la Segunda Guerra Mundial, ningún soldado alemán estuvo en Palestina. ¿ Cuáles eran entonces los daños y qué es lo que había que “reparar”?
    Israel presentó entonces un documento a Alemania, declarando que tres de cada cuatro judíos europeos murieron y que el pueblo de Israel demandaba una indemnización por esas muertes. En ese documento nunca se afirmó que hubieran muerto 6 millones. Tampoco que hubieran sido gaseados ni asesinados. La palabra usada fue “muertos”. La suma inicial de 3.5 marcos ha crecido y no sólo será pagada por los alemanes que viven en la actualidad, sino los que nacerán el día de mañana. Las sumas se pactaron por 40 millones de judíos gaseados, luego por 25 millones, y finalmente por 6 millones.
    Israel existe sobre la tesis de que el holocausto sucedió y el pueblo alemán paga con el dinero ganado con su esfuerzo.